EL “PAPELON” DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA

De lo que no hay duda alguna, es que el capitalismo y la derecha, su brazo armado en términos ideológicos, se han venido preparando para conseguir acabar con el contrato social, con crear nuevos modelos sociales donde el imperio del mercado, de los mercados, la oligarquía financiera, galoparan sin ningún tipo de obstáculos. Es más, hasta aprendieron de los grandes pensadores de la izquierda, pero al revés, internacionalizaron la explotación e incluso eliminaron las fronteras para que sus fechorías económicas no tuvieran limites, eso sí cerraron las humanas por aquello de que el internacionalismo de la clase trabajadora estaba, según ellos, más que obsoleto.

Y mientras el capitalismo creaba una nueva derecha, y que he venido en llamar la derecha social que no es otra cosa que la aceptación del modelo reinventado del capitalismo, por una gran cantidad de la clase obrera, mientras esto sucedía, la izquierda, al menos una parte importante de la izquierda, pensaba y repensaba de cómo ayudar a que el reinvento del capitalismo fuera lo más humano posible. Así que, los lideres, que no dirigentes, del socialismo europeo, decidieron relanzar la denominada Internacional Socialista, muerta por cierto desde 1.939, parecía que al terminar la contienda bélica de 1945, nadie en Europa sintió la necesidad de “resucitarla”, y lo primero que se les ocurrió fue eliminar del programa socialista el concepto de lucha de clases.

Con el tiempo, algunos jóvenes aspirantes a socialistas, entendimos aquel falso debate de “marxismo o yo”, de lo que se trataba fundamentalmente era de eliminar todo vestigio de socialismo marxista en el socialismo español, para así colaborar a extinguir el termino marxista de la “nueva” Internacional Socialista, despojando al socialismo de uno de los pilares fundamentales en los que se asienta el mismo.

Es más, en la última reunión de la Internacional Socialista, aquella que hemos conocido, no por el debate ideológico, sino mas bien por la bronca que montó una joven socialista, Marx fue el gran olvidado, y la pregunta que me hago es ¿Cómo se puede estar hablando de socialismo, cuando a este se le desprende de sus raíces? Cuando esto ha sucedido es que el elemento ideológico queda reducido a una mera expresión gramatical vacía de contenido y, sobre todo, de autenticidad.

La denominada Internacional Socialista, está más empeñada en no «atemorizar» a los enemigos tradicionales en términos de clase, que en construir una mayoría social sobre la base de la verdadera ideología socialista y el trabajo diario, sin concesiones ni astutas argucias y de esa forma, construir la sociedad justa, igual y solidaria y, que en mi opinión es la sociedad socialista.

El capitalismo no está en crisis, como erróneamente a veces predecimos la izquierda, el capitalismo ha puesto en crisis a la sociedad, el capitalismo se va mutando continuamente, se retroalimenta de sus propias acciones. Yo diría mas,  quienes estamos en crisis somos los que aspiramos a ser socialistas o al menos aquellos partidos socialistas acomodados en la Internacional Socialista, pienso que el socialismo europeo está en crisis, porque no aspiran a la transformación de la sociedad, no tienen aspiraciones distintas al capitalismo salvo algunas coyunturales sin trascendencia alguna concernientes a la realización del socialismo.

No tengo ninguna fobia especial ni malsana contra la socialdemocracia, en serio, porque esa ideología ya no oculta sus objetivos ni los disfraza. Actúa de acuerdo con sus programas. Lo que llega a irritarme, es que maliciosamente se trate de confundir la socialdemocracia con el socialismo.

Hoy la socialdemocracia es la barrera que en Europa impide el camino hacia el socialismo. Y la Internacional socialdemócrata es la gerente, centinela y guardiana celosa de la sociedad de nuestros días, con todos sus vicios, contradicciones e injusticias.

 Andrés Cuevas González

Militante de IU

Presidente del PASOC

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A Propósito de Beatriz Talegón.

En 1974, Felipe González y sus acólitos (Alfonso Guerra y Manuel Chaves entre otros), se hacían con el control del PSOE. Aquellos jóvenes sevillanos que, cuatro días antes de pasar a dirigir el PSOE, pululaban en la órbita del franquismo, pretendían vender una imagen de “modernidad” y “renovación” del socialismo. Era el preludio de una traición a los ideales socialistas del partido de Pablo Iglesias, que culminaría en 1979, con aquel “Hay que ser socialista antes que marxista”, que eliminaba de un plumazo toda la carga ideológica del PSOE, y daba carta blanca al felipismo para convertir el partido en un aparato burocrático al servicio de la oligarquía española. Así fue como el PSOE llegó al poder en 1982, siendo ya un ferviente defensor del neoliberalismo, el militarismo de la OTAN, y la monarquía. En aquel entonces, la militancia socialista que había luchado por el partido en la clandestinidad se rebeló contra un gobierno que no tenía nada ni de socialista ni de obrero. Pero el aparato del partido-mafia del felipismo no permitía la crítica al nuevo rumbo. Así, los Pablo Castellano y compañía fueron expulsados del partido por defender aquellas ideas socialistas por las que se habían afiliado.

Hoy, cuando el PSOE, y sus compañeros de la Internacional Socialista merecen su nombre menos que nunca. Hoy, que han demostrado que son lo opuesto al socialismo, que son neoliberales, que han demostrado su oposición ante cualquier intento de democratizar tanto la política como la economía. Hoy que han demostrado que son parte del capital, del régimen, de la derecha, en definitiva, del problema, y no de la solución. Hoy aparece una chica que, en plena reunión de la Internacional Socialista, les echa en cara discutir sobre el futuro del socialismo en hoteles de 5 estrellas. Les echa en cara tantas y tantas contradicciones de quienes dicen ser socialistas, pero defienden y practican el capitalismo. Palabra que, por cierto, había estado vetada en este tipo de reuniones, hasta que esta joven, llamada Beatriz Talegón, la empleó.

El acto fue tan chocante, tan inesperado, que ahora el vídeo se ha ido difundiendo de manera viral, y ha llegado a todo el mundo. Lo que ha llevado a mucha gente a cuestionarse sobre la sinceridad de la señorita Talegón, acusándola de participar en un intento de lavado de cara de eso que se ha venido llamando “moderna socialdemocracia europea” (que no es más que ese neoliberalismo pseudo “progre” que defienden algunos partidos que osan llamarse socialistas siendo todo lo contrario). Es, desde luego, curioso, que una joven con una idea tan crítica con el modus operandi  de la socialdemocracia haya llegado tan alto en la rígida estructura del PSOE felipista. Parece extraño que un partido que sistemáticamente ha purgado a todo aquel que tuviese un acento mínimamente izquierdista o un tono crítico a la defensa del capitalismo por parte del partido, haya permitido que llegase a vicepresidenta de las juventudes de la Internacional Socialista a una militante tan crítica. Además, algunas de sus críticas no suenen muy distintas a los discursos que daba Felipe González antes de desenmascarar su cambio ideológico, cuando viajaba por toda España “vendiendo ética”, como dice Antón Saavedra.

No obstante, sería muy falso, sectario, e hipócrita por mi parte, no reconocer que en el PSOE existen muchos militantes verdaderamente de izquierdas, verdaderamente socialistas. Es evidente que los hay, por que a algunos los conozco, y quien lo niegue, miente o desconoce la verdad. Y, si asumimos que hay militantes críticos en el PSOE, es asumible que Beatriz Talegón pueda ser una de ellos. Por tanto, y pese a las desconfianzas razonables que pueden surgir ante cualquier cosa que venga de un partido como el PSOE, que representa lo que representa, es evidente que hay que darle a Beatriz Talegón o a cualquier otra persona que haga lo que ella ha hecho, no ya el beneficio de la duda, sino una sincera felicitación por su valor. Ahora bien, llegado a este punto, cabe preguntarse qué hacen todos esos militantes socialistas en un partido que no lo es. Que hacen todos esos militantes que piden democracia interna en un partido que no les escucha. ¿Es que no hay en España ningún Lafontaine, ningún Mélenchon, ningún socialista capaz de romper con la “moderna socialdemocracia europea” para crear un socialismo alternativo?

Como socialista que soy, deseo fervientemente la existencia de un verdadero espacio socialista en la política española. Como militante de IU, y partidario de la creación de un frente Amplio de Izquierdas, veo la necesidad de la construcción de ese espacio, en el marco de la izquierda plural, para poder alcanzar el poder y transformar el sistema.

Fran Rey

http://franrey.blogia.com/

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LA VIGENCIA DEL SOCIALISMO

Hay quienes seguimos pensando que el socialismo continua siendo una meta ideal, que para alcanzarla es necesaria la movilización y el compromiso de aquellas personas que sinceramente creen, creemos, que el socialismo podrá realizar esa vieja, eterna y constante aspiración de esa sociedad, igual, solidaria y en paz. Y todo ello desde la aspiración al cambio de las estructuras socioeconómicas.

Sigo pensando que, se equivocan aquellos que siguen concibiendo que los partidos socialistas tienen como fin la realización de mejoras coyunturales de las condiciones de trabajo, el aumento de los salarios, un mayor alcance o extensión de derechos, determinadas reformas tributarias etc.etc, todo esto también figuran en el ideario de otras organizaciones que nada tienen que ver con el socialismo.

¿Que ha sucedido para que en estos momentos no se vislumbre al socialismo como una alternativa a este capitalismo, hoy denominado neoliberalismo que está azotando a la humanidad?. Sincera y modestamente creo, que los partidos socialistas que «actúan» en la denominada Europa democrática han perdido totalmente su configuración de partidos de «clase».

Los partidos denominados socialistas europeos, han estado mas empeñados en construir eso que ellos mismos han venido a denominar «capitalismo de rostro humano», dirigiendo todos sus esfuerzos y actividades únicamente para participar en los Gobiernos, e incluso para apuntalar y defender las estructuras de esta actual e injusta sociedad, que en luchar y educar para construir una sociedad socialista. Es más, a veces son saludados los triunfos de esos denominados partidos socialistas por las propias estructuras del sistema capitalista, cuando en el pasado, cualquier avance o progreso del socialismo era considerado con inquietud, hostilidad y hasta miedo por el capitalismo.

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Entrevista a Andrés Cuevas, Presidente del Partido de Acción Socialista.

Andrés Cuevas González (Málaga, 1949), político socialista, militante del  socialismo histórico y último presidente del Partido de Acción Socialista (PASOC). En el VII Congreso Federal del partido,  donde el PASOC decidió abandonar IU, Andrés Cuevas se mostró contrario a la salida de la coalición de izquierdas. No obstante, acató la decisión de la mayoría y se dio de baja de IU.  Desde 2007, vuelve a ser militante de Izquierda Unida, cerrando, de forma simbólica, la lista de IU al ayuntamiento de Marbella. Se unió a Recuperando el Socialismo durante los primeros días de vida de la plataforma.

¿Crees que es necesaria la reconstrucción del espacio socialista dentro de Izquierda Unida?

Hicimos en su tiempo una más que interesante aportación a IU, no se puede olvidar que fuimos co-fundadores del proyecto, hoy realidad,  que es IU.
Sí que sería interesante fortalecer el socialismo tal como lo entendemos dentro de IU, en ningún caso con la pretensión de ocupar porcentajes. Creo que la aportación de socialistas organizados aumentaría la pluralidad de pensamiento en el seno de IU y podría ser un «atractivo» mas para implicar a militantes del socialismo que no se ven identificados con las políticas del PSOE, incluso con la no visualización de un espacio socialista en el seno de IU.


En Alemania, Die Linke se define como un partido defensor del socialismo democrático; en Francia, el Parti de Gauche, claramente socialista, forma parte de la coalición de izquierdas, y Mélenchon es el candidato de dicha coalición a la presidencia; En Grecia, dentro de SYRIZA, existe un partido socialista llamado Movimiento Democrático Social, ¿Cómo es que en España no ha aparecido aún un referente del socialismo de izquierda?

Desde el PASOC intentamos en su día que se nos visualizara como otro partido socialista y, la verdad es que comenzábamos a conseguirlo pese a las dificultades que teníamos al tener que «competir» con eso que hemos llamado «socialismo oficial». Nuestra participación en la fundación de IU quizás diluyó un tanto nuestra propuesta política, no fueron tiempos fáciles, había algo de desconfianza en cual sería nuestra estrategia una vez que pudiéramos salir fortalecidos con nuestra presencia en IU. Afortunadamente, aquellas desconfianzas desaparecieron toda vez que nuestra lealtad al proyecto de IU estaba fuera de toda duda. Pasó lo que paso, más que por discrepancias ideológicas y con el proyecto, por cuestiones organizativas y de otras índoles, que ya son historia y por tanto no merecen la pena removerlas. Pero la experiencia fue un anticipo de lo que posteriormente ha sucedido en Grecia y en otros lugares. Creo que IU fue la primera experiencia europea de unidad de acción de la izquierda en un bloque organizado y además sirvió como elemento de casi reconciliación entre comunistas y socialistas.

 

A pesar de la política neoliberal del PSOE, Izquierda Socialista se niega a romper con el partido que Felipe secuestró en Suresnes . ¿A qué crees que se debe esto?

Negar que en el PSOE militan socialistas honestos, tanto en lo personal como en lo ideológico, sería una barbaridad. Tengo grandes y buenos amigos en el PSOE, es más, muchos militantes del PASOC, una vez que «congelamos» la actividad política de la organización se afiliaron al PSOE y creo que lo hicieron de buena fe, consideraban que el avance de la derecha, y los asuntos surgidos en el seno de IU, donde algunos y algunas se sentían incómodos, les llevo a tomar esa decisión, lo hicieron honestamente sin jugar a dos cartas Por eso vuelvo al principio, si bastantes compañeros y compañeras vieran organizado algo en el seno de IU, podrían replantearse algunas decisiones que en su día tomaron.

 
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En el Aniversario de Pablo Iglesias: Unidad Socialista.

Compañeros y compañeras:

Hoy, día 18 de Octubre de 2012, se cumplen 162 años del nacimiento de un niño, al que llamaban Paulino. Ese niño, al que la vida pronto arrebató a su padre y, no mucho tiempo después, a su querido hermano, tuvo que ir andando desde Galicia a Madrid con su madre, para buscar un medio de subsistencia. En Madrid, entró en un hospicio, donde se enamoró de las letras, y dio los primeros pasos hacia la que luego sería su profesión: la tipografía.

Años más tarde, ese niño de difícil vida, Paulino, acabaría convirtiéndose en Pablo Iglesias, el fundador del socialismo español.

Cuando creó el PSOE, puso buena atención en colocar en el nombre del partido la palabra Obrero, no sin disputas con otros compañeros por ello. Pablo Iglesias sabía que, en nombre del socialismo, se practicaban a veces políticas burguesas. Por eso quiso añadir al nombre de su partido la palabra obrero, para dejar claro que el socialismo que él defendía no era un falso socialismo burgués, era un socialismo marxista, que tenía por objeto la total emancipación del proletariado, a través de la supresión de las clases sociales, eliminando así la dicotomía explotador-explotado. Y, por supuesto, la única forma de hacer esto era derribar el sistema económico capitalista. El socialismo no puede ser otra cosa que la antítesis del capitalismo.

Hoy, el PSOE es todo lo contrario de lo que él había fundado. Los socialistas ya no tenemos casa, y estamos dispersos por mil y un lares. Pablo Iglesias habría querido la unidad, al igual que, cuando los comunistas decidieron crear un partido propio e irse del PSOE, Pablo, intentó en vano convencerlos de que podían defender las tesis leninistas dentro del Partido Socialista.

La disgregación del socialismo no puede continuar. Actualmente hay socialistas en el PSOE, en IU, y en otras organizaciones menores. Pero no tiene sentido que haya socialistas en un partido que es neoliberal (el PSOE), ni que estén en partidos testimoniales, cuando existe un gran proyecto que pretende unificar a la izquierda: Izquierda Unida.

Compañeros socialistas, os llamo a que os unáis a las filas de Izquierda Unida, y forméis parte de este nuevo proyecto socialista, que se llama Recuperando el Socialismo.

Salud, Socialismo y República.

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Fallece Luís Gómez Llorente

Desde el movimiento político Recuperando el Socialismo lamentamos profundamente la muerte de Luís Gómez Llorente. Este socialista defendió los valores del partido de Pablo Iglesias, frente al intento (desgraciadamente exitoso) de Felipe González de desideologizar el PSOE y transformarlo en un partido de derechas.

Fundó Izquierda Socialista, una corriente que, dentro del PSOE, defendía la recuperación de los valores socialistas. A pesar de la coincidencia ideológica entre sus ideales y los nuestros, quedó demostrado que su estrategia fue un fracaso. El PSOE es cada vez más de derechas, e Izquierda Socialista prácticamente no existe.

Nosotros no creemos que haya forma de devolver al PSOE a sus postulados iniciales, es decir, a la defensa de los valores socialistas, democráticos, republicanos, y de izquierdas. Por eso, nosotros estamos construyendo una plataforma alternativa para luchar por el socialismo.

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El gallego que quería ser como Nixon

El 3 de noviembre de 1969, Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica por aquel entonces, pronunció uno de los más célebres discursos de la retórica política y que pasaría a conocerse como “La gran mayoría silenciosa”. En dicho discurso pretendía explicar sus planes para acabar con la guerra de Vietnam y buscaba el apoyo de lo que él definía como la “mayoría silenciosa”, que no era otra cosa que los norteamericanos que, según su lógica, conformaban una mayoría al no formar parte de los multitudinarios eventos y protestas que se extendían por todo el país en contra de una guerra en la que nadie creía. Decía Nixon:

“Por lo tanto, a vosotros, a la gran mayoría silenciosa de mis conciudadanos, pido vuestro apoyo. Juré en mi campaña presidencial acabar con esta guerra, de manera que pudiese ganar la paz. He iniciado un plan de acción el cual me permitirá mantener ese juramento. Cuanto mayor apoyo pueda tener de los ciudadanos Americanos, más pronto este juramento podrá ser cumplido. Cuanto más divididos estemos en casa, menos probable es que el enemigo negocie en París.”

Si la sociedad se revuelve, si la hostilidad crece, lo mejor sin duda es aferrarse a decir que sólo unos pocos se oponen a tus ideas. Cuando esos pocos son miles, cientos de miles o millones, siempre quedará el juego de decir que muchos más millones están en sus casas. Es un juego de trileros políticos al que estamos muy acostumbrados y que lo ha contaminado todo. Cuando una huelga paraliza el 80% de un país y mueve manifestaciones masivas, siempre será más sencillo decir que los que fueron a la huelga lo hicieron coaccionados y que los manifestantes son una minoría, pues una mayoría no está en dicha manifestación.

Este simplismo político, esta facilidad para hacer piruetas políticas, es digna de personajes cuya prepotencia les ciega. Y, como siempre que a este lado de los Pirineos hablamos de prepotencia y simplismo político, no podía faltar en esta narración nuestro querido presidente.

El bueno de Mariano se puso el mundo por montera hoy y ni corto ni perezoso, no tuvo rubor alguno en evidenciar su simplismo político delante del mundo entero en la ONU. Dicen que las cosas mejor hacerlas bien que no hacerlas, y ya de hacer el ridículo, que sea como Dios manda:

“Permítanme que haga aquí en Nueva York un reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiestan, que no salen en las portadas de la prensa y que no abren los telediarios. No se les ven, pero están ahí, son la mayoría de los 47 millones de personas que viven en España. Esa inmensa mayoría está trabajando, el que puede, dando lo mejor de sí para lograr ese objetivo nacional que nos compete a todos, que es salir de esta crisis”

Nuestro Mariano quiso jugar a ser mayor, quiso que el mundo entero viese que él era un estadista de alto calibre, de esos que negocian en grandes cumbres el futuro de naciones enteras y que con sus discursos, respetables o no, pasan a la historia. Pero lo que Mariano consiguió no fue eso, sino aparecer como una quimera patética, como el transformista mal maquillado de un ajado cabaret.

Quiso nuestro presidente, en un burdo intento por emular a un más que probable ídolo de su juventud, jugar a ser Nixon, y no lo consiguió. Como decía Karl Marx en el 18 de Brumario de Luis Bonaparte:

“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa.”

Nuestro Mariano es una farsa como farsa fue su programa electoral y como farsa es su promesa de querer salir de la crisis. Mariano es un pelele, un pinocho que quiere ser grande y que no duda en buscar un suicidio colectivo y en destripar un Estado entero para servirselo en bandeja a sus amigos los mercados. Esperemos que el clima de respuesta social se convierta pronto en su Vietnam, por nuestra supervivencia y por su ego.

 

Publicado por David Fernández en http://www.david-fernandez-net

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¡Bendita Intransigencia!

Base 4ª Combatir a todos los partidos burgueses y especialmente las doctrinas de los avanzados, si bien haciendo constar que, entre las formas de gobierno republicana y monárquica. El Socialista prefiere siempre la primera

                -Bases de El Socialista

Jaime Vera había disentido profundamente del anterior enunciado. Le recriminaba a Pablo Iglesias que había que combatir a los elementos más conservadores del régimen, y no a los más “progresistas”.  Iglesias defendía que no había diferencia real, y que ambos se sustentaban sobre la explotación de los trabajadores. Que ser más blando con uno que con otro, era convertir al primero en el “menos malo” lo cual, en la práctica, suponía apoyarlo para evitar el triunfo del “más malo”. Con esto, estábamos apoyando una ideología de defendía el régimen que nosotros queríamos derrocar, que defendía la explotación de los trabajadores a manos de los poderosos, de los oligarcas. Así, nunca podríamos propiciar un cambio de sistema.

Años más tarde, el tiempo le dio la razón a Iglesias, y Jaime Vera fue a verle y a reconocer el éxito de su estrategia. Aseguró que, algún día, el Partido Socialista triunfaría gracias a esa “bendita intransigencia”.

Desgraciadamente, los militantes del PSOE no siempre conservaron la bendita intransigencia de su fundador. En 1979, cuando Felipe González propone abandonar el marxismo, esto es, abandonar el sentido máximo que inspira la acción diaria del pensamiento socialista, el partido accede. Es cierto que, en un principio, el partido rechazó las tesis de Felipe, es cierto también que, el segundo congreso que las aprobó, fue convocado mediante una modificación del reglamento, que daba ventaja a los felipistas. Ahora bien, a pesar de todo esto, no habría triunfado el no al marxismo de no ser porque un gran número de personas que habían apostado por el no la primera vez, lo hicieron por el sí la segunda. ¿Habían cambiado de idea en el poco tiempo que transcurrió entre ambos congresos? No. Simplemente, habían decidido renunciar momentáneamente a parte de su ideología para ganar las elecciones. Habían abandonado la intransigencia de Pablo Iglesias, y eso les costó caro. Para empezar, ese abandono momentáneo de parte del ideario, ni fue momentáneo ni fue parcial. Fue la llave que Felipe necesitaba para meter en el partido a todos los “emigrados” de la UCD, y para expulsar o silenciar a las voces izquierdistas del partido. Fue la llave con la que Felipe cambió la estructura del PSOE para convertirlo en un gigantesco templo de culto al líder, a un líder que, al llegar al gobierno, traicionaría por completo todo el ideario socialista, y llevaría a cabo únicamente medidas de derechas. Las mismas que continuaría Zapatero, y las mismas que habría continuado haciendo Rubalcaba si hubiera podido.

La intransigencia política no es pensar que uno siempre tiene la razón, no es defender de manera dogmática unos planteamientos sin someterlos a test racional alguno, no es no aceptar los argumentos de los demás, no es defender algo puramente por orgullo, a sabiendas de que puede ser perjudicial. La intransigencia a la que yo me refiero es permanecer fiel a unas ideas, y a una forma de actuar consecuente con estas. No se puede cambiar nuestra definición ideológica o nuestra forma de entender el mundo únicamente porque en un momento dado los vientos soplen en dirección contraria y, aparentemente, adaptarse a ellos nos pueda beneficiar. Ni si quiera, para ganar unas elecciones, pues, como ya dijo Olof Palme, la democracia se basa en una coincidencia entre la propuesta (programa) y los electores. Se gobierna cuando se coincide con los electores. Si no se coincide con los electores, no se tiene por que gobernar.

Como socialistas, no debemos renunciar a nuestra ideología por que ahora esté de capa caída, o porque un partido esté usando la palabra socialista para defender todo lo contrario que nosotros. De la misma forma que, como militantes de Izquierda Unida, no debemos consentir que se abandone ninguno de los principios elementales que inspiraron este movimiento con tal de convertirse en fuerza hegemónica, ni tampoco entregarnos a los brazos del “menos malo” a cambio de un par de políticas “progresistas”. Ese no es el camino. El camino es la perseverancia, la insistencia y, sobre todo, la pedagogía. Pues, si bien es cierto que no merece la pena alcanzar el poder a costa de renunciar a todo lo que defendemos, a costa de renunciar a aquellos fines por los que precisamente queríamos alcanzarlo, no es menos cierto que, si por intransigencia entendemos no hacer más que mirarnos el ombligo y recrearnos en la pureza de nuestra ideología, no alcanzaremos jamás el poder, y no podremos llevar a cabo nuestros objetivos. Es por ello que digo, que la clave está en la pedagogía. Debemos explicarle hoy a la gente que es lo que defendemos, para poder conquistar el poder en el futuro. Porque, como dijo el Abuelo, Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes.

Publicado por Fran Rey en  http://franrey.blogia.com/2012/091701–bendita-intransigencia-.php

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Presentación

Recuperando el Socialismo es un colectivo creado por un grupo de militantes de Izquierda Unida que se sienten identificados con los ideales del socialismo histórico de Pablo Iglesias, o de los socialistas contemporáneos europeos, como Oskar Lafontaine, Jean-Luc Mélenchon , o el prometedor Partido Socialista holandés. Luchamos por la creación de un espacio socialista en IU, como lo fue en su momento el histórico Partido de Acción Socialista (PASOC), uno de los fundadores de la coalición de izquierdas.

Nos articulamos en torno al Manifiesto para la Recuperación del Socialismo, que sirve como semilla para iniciar el debate ideológico. Dicho manifiesto, plantea la necesidad de crear un partido socialista que recoja la tradición del socialismo español, que el PSOE abandonó en 1979, iniciando un proceso de degeneración que le ha llevado a convertirse en un partido claramente de derechas. Se explica porque es necesaria la creación de un partido que retome las ideas del socialismo democrático, cuáles deben ser las bases de ese partido o colectivo, y que éste debe estar integrado en Izquierda Unida, no solamente por un imperativo estratégico  (cada vez es más evidente que la izquierda solo podrá vencer si se une), sino por motivos ideológicos, pues no debemos olvidar que Izquierda Unida, en sus propios estatutos, asegura que su objetivo es transformar el actual sistema capitalista en un sistema socialista democrático. Por otro lado, desde que Cayo Lara ha asumido la coordinación federal de la coalición, ha  apostado varias veces por avanzar hacia el Socialismo del Siglo XXI. Creemos, además, que Izquierda Unida se verá favorecida por la presencia de un partido socialista en su interior, pues esto permitirá el paso hacia IU de los votantes socialistas descontentos con la política derechista del PSOE.

Éste es un momento álgido para el socialismo en toda Europa: En Alemania, Die Linke tiene la mayor representación de su historia en el Bundestag; en Francia, Mélenchon ha obtenido un 11% de voto en las presidenciales, y eso teniendo en cuenta que la izquierda se ha volcado en expulsar del poder a Sarkozy, votando a Hollande; En los Países Bajos, el Partido socialista aparece como la primera fuerza política en las encuestas. Parece evidente que, tras la profunda quiebra ideológica de la socialdemocracia, que ha pasado de ser el referente de  los “reformistas de centro-izquierda” a ser una fuerza de derechas y profundamente neoliberal (que nos ha dado los recortes de derechos de Zapatero, Sócrates, y Papandréu, y la Agenda 2010 de Schröeder), la ciudadanía ha despertado, y ha entendido que no se puede ser socialista y capitalista al mismo tiempo.  Que las clases sociales existen, y que tienen intereses contrapuestos. Que los llamados “mercados” a quienes la socialdemocracia se ha entregado, no son si no los capitalistas que han existido siempre, la gran oligarquía financiara que es, precisamente, la enemiga declarada del socialismo, pues el objetivo de los socialistas no es otro que hacerla desaparecer, para conseguir la liberación de los hombres y mujeres, a través de la supresión de las clases sociales.

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