La Unidad Socialista

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Pablo Iglesias en uno de sus multitudinarios mítines en los que concienciaba a la clase trabajadora de la necesidad de luchar por sus derechos.

Desde que el 2 de Mayo de 1879, Pablo Iglesias fundara en la taberna Casa Labra el Partido Socialista Obrero Español, los socialistas han sido el motor fundamental de los avances políticos y sociales en España. Lo fueron en la consecución de la jornada de 8 horas, en la prohibición del trabajo infantil, en la petición del sufragio universal en unas elecciones democráticas, en la llegada de la II República, en el derecho a las vacaciones, en los derechos de la mujer… Desgraciadamente, en 1936, el General Franco, tras un golpe de estado contra el gobierno salido de las urnas, impone una dictadura de 40 años que sume al PSOE en la clandestinidad, diezmándolo en el interior, y permitiendo que nuevos elementos, que pertenecían realmente a las élites universitarias del franquismo, se hiciesen cargo del partido: Felipe González, Alfonos Guerra, Manuel Cháves…

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Logo del Partido de Acción Socialista (izquierda), anteriormente PSOE histórico. Uno de los fundadores de IU.

No obstante, estos franquistas disfrazados de marxistas (poco les duraría el disfraz) no
pudieron hacerse con el control de todo el PSOE, sino sólo de una parte, que pasó a ser llamada PSOE renovado o PSOE (r), mientras que el resto del partido, dirigido por Rodolfo Llopis, se llamaría PSOE histórico o PSOE (h). Desgraciadamente, las autoridades del Régimen despojaron a los segundos de su nombre y entregaron las siglas del PSOE a los renovados, pasando a llamarse los históricos Partido de Acción Socialista (PASOC), que sería uno de los partidos fundadores de Izquierda Unida. Por otro lado, dentro del propio PSOE (el renovado, que era el único que podía usar ese nombre) se estaban llevando a cabo los cambios que lo convertirían, de forma brusca y radical, en el partido neoliberal que es ahora, ante lo cual, algunos socialistas (los pocos que aún quedaban) se organizaron en la corriente Izquierda Socialista. La división del socialismo estaba servida: de los socialistas renovados e históricos, pasábamos a los socialistas del PSOE y los socialistas de IU, ambos minoritarios en sus respectivas organizaciones.

Hoy, el panorama no es diferente. El socialismo sigue dividido, al menos, en cuatro vertientes diferentes, y es que a los pocos socialistas que quedan en el PSOE (Izquierda Socialista), y a los socialistas de Izquierda Unida (agrupados ahora en Recuperando el Socialismo), hay que añadir a los compañeros de Alternativa Socialista, que si bien se presentan en dentro de Izquierda Plural y, por tanto, en coalición con IU, no forman parte de ésta, así como a los socialistas que forman parte de Podemos (ISI). De esta forma, el panorama socialista se encuentra en un grado de división como nunca se haya visto: los socialistas están en todos los frentes de izquierdas (más el PSOE, que de izquierdas tiene poco o nada), pero debido a esa división, son insignificantes en cada uno de ellos. Así el gran ariete en favor de la democracia y los derechos sociales que otrora fundase Pablo Iglesias, esto es, el socialismo español, está más debilitado que nunca. Y es que, si la unidad hace la fuerza, es evidente que la división la destruye.

Decían Marx y Engels aquello de “proletarios de todos los países, uníos”. Con la misma fuerza, la misma motivación, pero un mayor grado de ridiculez (pues no hay motivo para que los socialistas de un mismo país actúen divididos) yo he de gritar hoy: “socialistas de todo el estado español, uníos”.

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Rodolfo Llopis, primer líder del PSOE histórico, después conocido como PASOC, uno de los partidos fundadores de Izquierda Unida.

Fran Rey, coordinador del Área de Educación de IZquierda Xunida d’Asturies y miembro de Recuperando el Socialismo.

Artículo publicado también en: http://franciscorey.wordpress.com/2014/06/21/la-unidad-socialista/

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Izquierda Unida se presentará a las europeas en una gran coalición de izquierdas con representación socialista.

Desde Recuperando el Socialismo, colectivo que trata de agrupar a los socialistas que militamos en Izquierda Unida, así como de incorporar a la pluralidad ideológica de IU la tradición socialista española, nos congratulamos enormemente de la coalición alcanzada entre IU y otras fuerzas políticas para unir a la gran mayoría de las izquierdas del estado español bajo unas mismas siglas en estas elecciones europeas.

Además, vemos con ilusión que uno de los partidos que formará parte de esa coalición es un partido hermano, Alternativa Socialista, figurando como miembro de la lista electoral Carlos Martínez, co-primer secretario de dicha organización.

Nos alegramos de que se sume un partido socialista a la misma lista electoral en la que va nuestra organización política, Izquierda Unida, y esperamos que éste sea el comienzo de una SYRIZA española, dentro de la cual estemos los socialistas de izquierda, unidos bajo una misma bandera, como hubiera querido Pablo Iglesias, y como habríamos estado antes de que los felipistas nos robaran las siglas del Partido Socialista Obrero Español.

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LA IZQUIERDA Y LA PARTICIPACION POLITICA

La actual situación, no solo en España, también en eso que llamamos nuestro entorno europeo, nos vuelve a enseñar la dura realidad de que el actual sistema político dominante, acrecienta la insolidaridad y, con ello se agudiza la injusticia, en definitiva, es el fundamental impedimento para el desarrollo integral de la dignidad humana.

Existe un retroceso en el respeto a los derechos humanos y de la cultura de la solidaridad y, siguen en aumento las plagas y azotes que generan situaciones inaceptables a la luz de los más elementales principios de respeto a la vida humana en dignidad y de los derechos de mujeres y hombres.

El actual sistema, mal llamado democrático, en mi opinión, encubre autenticas situaciones de apropiación del poder político y económico por una minoría, y que de hecho niegan el pluralismo, la igualdad ante la ley, el sufragio libre, directo, igual y secreto que, hace en ocasiones que el régimen parlamentario se convierta en una autentica caricatura, en la que la democracia política, la explotación económica y la alineación ideológica impiden todo progreso de las clases menos favorecidas.

Cada día toma más fuerza el discurso de la inutilidad de la política, de las despolitización a la solución de los problemas y, el fin, siempre anunciado de las ideologías, todo ha de resolverse mediante tecnocracia de tecnócratas y partiendo de una realidad previamente fabricada, precisamente por esas fuerzas económicas y políticas que, con sus actuaciones siguen generando desigualdades, hambruna y desprecio por los derechos humanos.

Por eso si cualquier proceso de pasar a un nuevo tiempo y situación, se deja en manos de las fuerzas de la derecha, social, política y económica, será cada día mas profunda la brecha entre unos y otros, unos condenados a la prestación de la fuerza del trabajo en peores condiciones, otros a la acumulación de capital generado en tal desigual relación.

Y a veces la propia izquierda, esa parte de la izquierda sociológica, que so pretexto de la estabilidad económica y política, de lo denunciable como injusto, presta su apoyo al mantenimiento de una situación injusta, ha colaborado con el mantenimiento y alejamiento de la ciudadanía de la participación política, porque de eso se trataba y trata, conseguir el desprestigio de la política para de esa forma alejar a la ciudadanía de la participación activa en la misma y, esto sucede cuando la izquierda transige, se acomoda a las situaciones calificadas de posibilistas, cuando transige, acomoda a cualquier oligarquizacion del poder            Pierde la izquierda toda autoridad moral y política para enfrentarse a la democracia corrompida política y económicamente que en definitiva es secuestradora del Estado poniendo a este al servicio de las clases poderosas, utilizando incluso aptitudes represivas sobre toda contestación posible.

La izquierda en su conjunto ha de plantearse en estos momentos la participación ciudadana como el principal instrumento de su acción política, en la forma más amplia y profunda posible, las reglas y modos que encaucen ésta han de venir orientadas por un criterio extensivo y no restrictivo ni cautelosos.

La permanente tentación de la burocratización y la apropiación del poder, solo puede ser compensada con medidas de democracia lo más directa posible, y con posibilidades efectivas de control permanente y no demorado a las consultas electorales, tentación del culto a la personalidad, revocación de mandatos, iniciativas populares, vertebración social, corresponsabilidad institucional y ciudadana, derecho a la información, han de presidir todo el proceso de participación ciudadana, porque no puede hablarse del derecho a la participación sin un derecho de información ilimitado y sin un derecho de crítica y corrección de abusos, errores o manipulaciones.

La recuperación de valores democráticos es indispensable para hacer atractivo a los ciudadanos y ciudadanas el quehacer y la participación en la política, sin la cual es imposible rescatar el elemental control del ejercicio del poder político y económico que debe ser hoy el principal objetivo de un sistema democrático nacional e internacional.

Andrés Cuevas González.

Militante de IU

Presidente del PASOC.

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Para todos aquellos que, haciéndose llamar socialistas, respaldan la guerra.

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Por cortesía del compañero David Fernández

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AMNESIA CONTROLADA Y ADIESTRADA

A estas alturas del “partido” estoy convencido que cada vez son más gentes que no tienen duda alguna de que la voracidad de la derecha gobernante y que manda, no tiene límites, una derecha poderosa tanto en lo político como en lo social.

Escudándose en esa mayoría, modifican a su antojo el diseño del Estado surgido tras el pacto constitucional, aplastan el Estado del bienestar, los servicios públicos son debilitados cuando no suprimidos o privatizados, suprimen cualquier institución de control, ya no se conforman con no aprobar las propuestas de la oposición, eso ya lo han superado, ahora se dedican incluso a prohibir el debate de las mismas, ejercen de censores de la oposición.

Al final termina uno pensando que, visto lo visto el PP, antes AP, ya no oculta las intenciones de una derecha retrograda y que aceptaron a regañadientes aquel pacto, dicen que el único posible, para la transición “ejemplar”.

Pero día a día se van superando y uno llega a descubrir otra faceta de la derecha gobernante y mandona, que es la amnesia, no se acuerdan de nada, parece como si hubieran llegado al Gobierno procedentes de un viaje del mas allá y no como consecuencia del voto libre y democrático, una amnesia que no les permite acordarse de aquello tan cachondo como “Señorías pero si van a subir hasta las chuches” para luego subir el IVA de todo lo que se menea, o aquello de, “las pensiones ni tocarlas, todo lo contrario, al menos serán revalorizadas un punto por encima del IPC” para luego darles un hachazo escandaloso. Y así podíamos seguir hasta el infinito.

Comenzaron diciendo que en el PP no se cobraban sobresueldos ni en A ni en B, pero alguien se acordó  que sí, que algunos cobraban, pero que no eran sobresueldos, eran gastos por mayor responsabilidad o dedicación, para luego terminar reconociendo que sí, que eran sobresueldos y que los había de ambos tipos en A y en B.

Lo del finiquito en diferido fue mundial, no se acordaban que el tal Bárcenas seguía trabajando en el PP, lo negaron más veces que San Pedro negó a Jesucristo, hasta que alguien les recordó que sí, que seguía trabajando para el PP con su nomina incluida. Por cierto, la ciudadanía aun está esperando de cuál fue la actuación del Ministerio de Trabajo ante este fraude laboral, sobre todo ahora que el Gobierno pretende convertirnos a los españoles y españoles en chivatos y chivatas.

Podíamos seguir, pero no, porque es irritante que estos desmemoriados, que han venido pidiendo austeridad, sacrificio a una sociedad, a una gran parte de la sociedad ya sacrificada, son aquellos que sin acordarse cobraban sobresueldos, si sobresueldos millonarios, con dineros de dudosa procedencia.

Y mientras ellos cobran y cobran, hablan y hablan de más recortes y sacrificios, de recortes individuales y colectivos, de recortes institucionales, de recortes a la democracia, porque es en una democracia recortada donde mejor se maneja esta derecha gobernante y mandona.

Así que llegado a este punto, he llegado a la conclusión que eso de la amnesia es el arma de autodefensa de un Gobierno, de un partido cuya interpretación de la gobernanza de un país, es la misma que tiene el “señorito” dueño del cortijo.

Esa amnesia, controlada y adiestrada va a saltarles por los aires, porque la democracia recortada no nos vale.

Andrés Cuevas González

Presidente del PASOC

Militante de IU

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La Izquierda Verde: Socialismo y Ciudadanía

No, este artículo no se refiere al ecosocialismo ni a ninguna forma de izquierda ecológica. Este artículo se refiere a los nuevos movimientos sociales que nacen como reacción a los recortes que, en el fondo, no son más que el restablecimiento del capitalismo más radical, derogando todas las enmiendas que la socialdemocracia hizo a éste cuando aún tenía algo de izquierdista, cuando socialistas y socialdemócratas aún podían ir juntos.

Por Izquierda Verde me refiero a movimientos como la marea verde de la educación, o a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que lidera la gran Ada Colau. Ambos movimientos han tenido el verde como su color. Es cierto que estos movimientos han formado parte de las llamadas “Mareas Ciudadanas”, y que existían otras con colores diferentes (la marea blanca de la sanidad, o la marea negra de los mineros), pero, debido al impacto que han tenido estas dos, considero que se puede asociar el color verde a estos nuevos movimientos ciudadanos que buscan una nueva forma de participación política, que supere las limitaciones de partidos y sindicatos, y que ofrezca una nueva manera de luchar por una democracia participativa y un modelo económico alternativo al dogma neoliberal. Si tuviese que poner un nombre para la ideología que promueven estos colectivos, sería algo como ciudadanismo, es decir, revitalizar el concepto de ciudadanía, desde un sentido netamente revolucionario, heredero directo de los valores de la Revolución Francesa, pues, al fin y al cabo, la lucha de estos colectivos es poner al ciudadano como centro de la acción política, como sujeto decisorio de una democracia participativa, y como fin mismo de la política, frente a la subordinación de la ciudadanía a los mercados que defienden los neoliberales.

Desde Rafael Correa a Jean-Luc Mélenchon, muchos son los socialistas que han sabido ver la necesidad de incorporar al socialismo estas ideas de ciudadanía, naciendo de esta forma tanto la Revolución Ciudadana de Ecuador, como su homónima que Mélenchon y el Front de Gauche defienden en la República Francesa. Y es que, en el fondo, la idea de una izquierda ciudadana nunca ha sido ajena al socialismo. Basta leer a Guy Mollet en Así es el Socialismo o a Fernando de los Ríos, cuyas obras como El Sentido humanista del socialismo o Mi viaje a la Rusia soviética están empapadas en esta idea, que no aparece como una sección del libro o un apartado referido a ésta, sino que es la idea general que el autor transmite en cada página, en cada párrafo, en cada oración.

Los socialistas defendemos que la economía debe estatal servicio de las personas, y no al revés. Por eso defendemos el control estatal de la economía, y la nacionalización de los sectores estratégicos de la producción. Al menos, como fase inicial, como etapa de aplicación rápida, como idea puramente pragmática sin tener en cuenta los ideales máximos que nos mueven, ya que nuestro objetivo final no es otro que el de alcanzar una sociedad socialista, esto es, una sociedad sin clases sociales, donde la libertad, la igualdad, y la democracia, sean realmente efectivas. Es evidente, y así lo han dejado claro numerosos pensadores como Marx, Engels, Kautsky, Jaures, Einstein… que este objetivo solo se puede alcanzar gradualmente a partir de una regulación estatal de la economía, y una puesta de las empresas a servicio de las necesidades sociales, mediante su nacionalización. Ahora bien, ¿Cómo conseguir que una economía controlada estatalmente, sea realmente una economía controlada por los ciudadanos, y no por una casta dirigente? Este problema ya se planteó largo y tendido durante la Revolución Rusa de 1917, y fue una crítica de los socialistas a la visión de los comunistas de un partido proletario todopoderoso que manejara el estado en nombre de los trabajadores. Las similitudes con el viejo despotismo ilustrado del “todo por el pueblo, pero sin el pueblo”, eran demasiadas, y la realidad terminó dándonos la razón. No obstante, más interesante que un simplista análisis histórico de la cuestión (no sería muy serio decir que, puesto que la URSS terminó convirtiéndose en una dictadura, con una nueva élite, muchos de cuyos miembros forman parte ahora de la oligarquía derechista que apoya a Putin, los socialista teníamos razón, pues que las tesis leninistas fuesen incorrectas, no significa necesariamente que las nuestras fuesen acertadas) resulta el estudio de los textos en los que los socialistas critican el modelo soviético, y proponen un sistema alternativo, en el que sean los ciudadanos los que verdaderamente dirijan la economía (ver por ejemplo Crítica al bolchevismo, de Rosa Luxemburgo, Así es el Socialismo, de Guy Mollet, o Mi viaje a la Rusia Soviética, de Fernando de los Ríos). ¿Cómo? Sencillamente con un estado absolutamente democrático. Si el estado es económicamente dirigista, y no es democrático, o es democráticamente débil, serán las elites que controlan el estado quienes dirijan la economía, y, por tanto, ésta no quedará realmente puesta al servicio de las necesidades de la mayoría. Por el contrario, si el estado es verdaderamente democrático, con una profunda democracia participativa, serán los ciudadanos los que controlen al estado y, por ende, a la economía, con lo que ésta sí estará al servicio de la ciudadanía. Este modelo, que nosotros defendemos, pone al ciudadano como centro de la vida política, y subordina la economía a sus intereses, frente al actual modelo neoliberal, que subordina los intereses de los ciudadanos a los llamados mercados, es decir, a los intereses económicos de las grandes fortunas (los capitalistas).

Esta visión, nos hace profundamente defensores de los valores ciudadanos, explica el contexto de las revoluciones ciudadanas de Ecuador y del Front de Gauche francés, y conecta con las mareas ciudadanas, haciéndonos parte de éstas. Más aún, esta subordinación del socialismo a la necesidad de una democracia real, verdaderamente participativa, en la que sean los ciudadanos quienes decidan, quienes tengan el poder, da como conclusión evidente que sólo a través de la revolución ciudadana y la participación popular democrática se puede llegar al socialismo.

En Recuperando el Socialismo usamos los colores rojo y verde. El color rojo representa el socialismo, en su sentido tradicional, el color verde representa la revolución ciudadana, y el sentido ciudadano de nuestro socialismo.

¡Por el Socialismo, y la Revolución ciudadana!

Fran Rey

http://franrey.blogia.com/

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Nuevo Golpe al Estado de las Autonomias

Corría el verano, estación preferida por el bipartidismo español para firmar acuerdos a espaldas de la ciudadanía, concretamente era Julio del 82 cuando PP y PSOE, firmaron aquello que llamaron Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico, más conocida como la LOAPA, que a entender de muchos suponía un frenazo al proceso de desarrollo del Estado de las Autonomías contemplado en el título VIII de nuestra Constitución.
Muchos pensamos en aquel tiempo, que aquel pacto no se correspondía en nada con armonizar nada, más bien se trataba de volver a rencentalizar el modelo de Estado, que por cierto era una de las exigencias de la cúpula militar, de algunos poderes facticos y de los golpistas del 23-F de 1981, muchos pensábamos y, al menos yo sigo pensando que, fue una concesión a los golpistas, a esos golpistas que decían ver que «España se rompía», ellos preferían ver una España grande sin el reconocimiento de las diversas identidades y libre sin libertades.
Y también muchos dijimos que se estaba conculcando la Constitución, porque era en esta donde se recogía cualquier proceso de armonización, es mas tuvimos la «osadía» de pedir una consulta al pueblo que no hacia tanto tiempo había votado abrumadoramente la forma de organización del Estado Español.
Como suele suceder en estas ocasiones, las de pedir opinión a la ciudadanía, fuimos vapuleados por los partidos firmantes del acuerdo, es decir PP-PSOE, con esa arrogancia e imprudencia que suelen utilizar cuando se les contradice. Arrogancia e imprudencia, que vino a resaltar el propio Tribunal Constitucional en la sentencia que invalido 14 de los 38 artículos que conformaban la dichosa LOAPA, fue creo recodar, uno de los primeros palmetazos que dio el Tribunal Constitucional a la mayoría parlamentaria.
Pasado el tiempo, esta vez en solitario al menos eso es lo que pienso, el PP quiere volver a las andadas porque en esa batalla ideológica que han planteado a la sociedad española, no cabe el Estado autonómico, recordemos las continuas apelaciones del «ideólogo» Aznar de «España se rompe» casi en el mismo tono de los golpistas del año 1981, y aprovechando la gran mentira de la crisis, el partido en el Gobierno, se saca de la manga una nueva Ley por la que intenta gibarizar las Autonomías y los Ayuntamientos, a los que culpa de todos los males de la economía y de lo que es peor en términos democráticos, de haber demasiados órganos de representación ciudadana, en definitiva mucho gasto en democracia y, todo ello claro está de espaldas a las propias autonomías y a sus órganos de representación democrática.
La realidad no es otra que el PP no tiene ningún sentido autonómico, sigue sin entender que la unidad e integración en el conjunto estatal no están reñidas con la pluralidad ni con la capacidad de autogobierno, por eso estos centralistas de tomo y lomo, esconden su gusto por el uniformismo tras la retorica jacobina y la demagogia de de la multiplicidad de órganos de representación y sus costes económicos, eso sí, ellos si mantienen estructuras ministeriales que en un estado descentralizado no tienen sentido alguno.
Pese a las continuas llamadas, incluso desde algunos dirigentes autonómicos del PP, el Gobierno, sique en sus treces, su falta de sentido autonómico, su falta de sentido de Estado, la falta de dialogo que caracteriza a este Gobierno, hace que una discusión que hace tiempo debería estar resuelta, se pueda colocar, creo que intencionadamente, en el foco de la nueva discusión política sobre el Estado de las Autonomías, cuestión que para muchos ya estaba resuelta.
Pero claro, esto no es una casualidad, cuando estamos ante un Gobierno que practica una política donde han ahondado las desigualdades entre ciudadanos y ciudadanas, cuando a pesar de pedir sacrificios y más sacrificios a los españoles no se privan sus dirigentes en cobrar sobresueldos mensuales más altos que los de un sueldo medio anual de cualquier obrero, cuando emprende políticas de recortes sociales, laborales y de derechos, al final tenía que aflorarles esa falta de sentido autonómico, de sentido de Estado, de respeto a la Constitución.
Para el PP, España son ellos, España es de ellos y, como mucho el resto somos sus súbditos. Lo cierto es que estamos otra vez ante un golpe al Estado de las Autonomías.

Andrés Cuevas González.
Presidente del PASOC
Militante de IU-Marbella

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REQUIEN POR EL REGIMEN

El pasado 20 de Noviembre de 2011, se celebraron en este país llamado España, elecciones a Cortes Generales (Congreso y Senado), el resultado de todos conocidos dio una mayoría al Partido Popular (PP) y elevando a Mariano Rajoy a la categoría de Presidente del Consejo de Ministros, es decir a Presidente del Gobierno de todas las Españas.

La sensación que tengo, puede que equivocada, es que pasado casi año y medio de gobierno del PP, la ciudadanía, incluso aquella que dio su confianza al partido gobernante se siente manipulada y no por lo que dijera el PP durante la campaña electoral, que no dijo nada, sino por lo que dijo contra el Gobierno anterior, yo diría que se sienten engañados y hasta estafados.

Pero aquellos y aquellas que no tuvimos la osadía de votarlos nos sentimos indignados, indignados por sus acciones de gobierno y lo que es peor, por haber cambiado las reglas del juego democrático, el PP ha secuestrado la democracia, las Cortes Generales no son el centro del debate político, no son el centro del debate de ideas, no es el centro donde se mejora las condiciones de vida de la ciudadanía ni la calidad democrática de este país, el centro oficialmente está en la Moncloa con sucursales poderosas en otros lugares.

Es en la Moncloa donde se amasan y cocinan los pasteles que luego, con gran abundancia de vaselina retorica, le servirán al pueblo en esa enorme carta gris que se llama Boletín Oficial del Estado y, los menús Reales Decretos.

Las Cortes Generales han fallecido. Una oposición, la mayoritaria marchitada y acomplejada, víctima de tanto girar sus llaves hacia la derecha aun representando a la izquierda oficial, la oposición de izquierdas minoritaria quiere pero no puede, molestan demasiado al régimen y a los amigos del régimen, a esos que les sigue molestando que se  reclame respeto a la dignidad de los seres humanos, que puedan trabajar, que puedan comer, que puedan acceder a la educación, a la cultura, al deporte, a la sanidad, a la vivienda, en definitiva a disfrutar de los derechos humanos. No consienten que las llaves giren a la izquierda, porque en esa izquierda, la izquierda plural, nunca habrá, estoy convencido, llaves de doble vuelta.

Los  sustentadores del Régimen, siguen pensando que, por tener una Constitución, que por cierto se incumple a diario, por tener unas Cortes Generales, por poder ejercer el derecho al voto, en fin por poder ejercer derechos democráticos formales, la sociedad se resigna, se han olvidado que los tiempos cambian, que la ciudadanía que en su día acepto aquello que vinimos a llamar transición ejemplar comprueban día a día que  transición no fue tan ejemplar o por lo menos que aquellas esperanzas depositadas se han ido enterrando por actuaciones indecentes de determinados dirigentes políticos, gente con poder e instituciones que debían ser ejemplo de comportamiento cívico y honesto.

El Régimen está muerto, estamos en un nuevo tiempo, en ese tiempo donde la ciudadanía ya no se resigna a intentar ejercer sus derechos formales, la ciudadanía quiere participación activa en las decisiones que marcan sus vidas, no se fían de sus representantes, porque se sienten utilizados, se sienten defraudados por aquellas expectativas que en su día se les prometió y escribió como fue el Estado Social y de Derecho.

Y no solo se siente defraudados los que vivieron aquella época, también lo están las nuevas generaciones, por ser las más castigadas por un sistema injusto, que premia a los poderosos y olvida a los débiles.

El Régimen está muerto, ahí está la realidad social; mas de 6.000.000 de familias en paro, un 28% de pobreza, una justicia injusta por lenta y arbitraria, un Gobierno que machaca a la mayoría de la población, la machaca en toda la extensión de la palabra, el Régimen está muerto, porque la ciudadanía ha dejado de confiar en él, porque nos han robado nuestros ahorros democráticos.

Y ante esta situación, los denominados “grandes partidos”, intentan reinventar otra nueva transición política, ellos dos, sin contar con la ciudadanía, es esa cantinela que no paramos de oír y que la han “bautizado” con algo que vale para todo, EL PACTO, que no es otra cosa que seguir manteniendo el actual Régimen con un nuevo maquillaje. Es como si quisieran hacer una nueva muñeca a la imagen y semejanza de ambos dos.

La letra pequeña ya no nos vale, no le vale a la ciudadanía, no nos vale el pacto de quienes obedecen ciegamente al Alto Estado Mayor de Bruselas, que no dudaron en cambiar de la Constitución, para primar el saneamiento de bancos y deudas a costa de empobrecer a la mayoría de la ciudadanía. Que no dudaron en machacar a trabajadores y trabajadoras con dos reformas laborales dejándolos desposeídos de toda protección. Que han dejado a mas de 2.000.000 de niños en la pobreza. Que han dejado que aquella Institución que decían ser el árbitro del Régimen, nos ha resultado una institución corrupta

Cerrado por defunción, es lo que se me ocurre, para a continuación gritar VIVA LA DEMOCRACIA, esa democracia real, donde los ciudadanos y ciudadanas sean protagonistas de su destino, asumiendo tareas de participación en el marco de un proceso constituyente, que como suelo decir haga posible, más pronto que tarde, que lo que hoy parece imposible.

Andrés Cuevas González

Presidente del PASOC

Militante de IU

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La Vigencia del Socialismo

Hay quienes seguimos pensando que el socialismo continua siendo una meta ideal, que para alcanzarla es necesaria la movilización y el compromiso de aquellas personas que sinceramente creen, creemos, que el socialismo podrá realizar esa vieja, eterna y constante aspiración de esa sociedad, igual, solidaria y en paz. Y todo ello desde la aspiración al cambio de las estructuras socioeconómicas.
Sigo pensando que, se equivocan aquellos que siguen concibiendo que los partidos socialistas tienen como fin la realización de mejoras coyunturales de las condiciones de trabajo, el aumento de los salarios, un mayor alcance o extensión de derechos, determinadas reformas tributarias etc.etc, todo esto también figuran en el ideario de otras organizaciones que nada tienen que ver con el socialismo.
¿Que ha sucedido para que en estos momentos no se vislumbre al socialismo como una alternativa a este capitalismo, hoy denominado neoliberalismo que está azotando a la humanidad?. Sincera y modestamente creo, que los partidos socialistas que «actúan» en la denominada Europa democrática han perdido totalmente su configuración de partidos de «clase».
Los partidos denominados socialistas europeos, han estado mas empeñados en construir eso que ellos mismos han venido a denominar «capitalismo de rostro humano», dirigiendo todos sus esfuerzos y actividades únicamente para participar en los Gobiernos, e incluso para apuntalar y defender las estructuras de esta actual e injusta sociedad, que en luchar y educar para construir una sociedad socialista. Es más, a veces son saludados los triunfos de esos denominados partidos socialistas por las propias estructuras del sistema capitalista, cuando en el pasado, cualquier avance o progreso del socialismo era considerado con inquietud, hostilidad y hasta miedo por el capitalismo.
¿Quien ha cambiado para que se produzca ese contraste? No ha cambiado en modo alguno, los intereses de toda la clase capitalista, cuyos fines siguen siendo invariables, con perseverancia incansable y con todos los medios, que son muchos, de los que disponen.
¿Entonces qué? Pues sigo pensando que quienes han cambiado han sido esos dirigentes que han transformado sus organizaciones en aparatos cuya meta no es la consecución de una sociedad justa, igual y solidaria, han reducido su actuación a conseguir la alternancia en los Gobiernos, abandonando principios ideológicos, cuando no censurándolos por obsoletos, utópicos y alejados de la realidad, como si el socialismo se pudiera construir sin un gran grado de utopía o un análisis constante de la realidad. Así que hablan de socialismo «civilizado», «democrático», «nuevo»….. ¿Y que es todo eso sino la negación del socialismo como esperanza, como meta, objetivo y fin?
La denominada Internacional Socialista ha servido mas a las confabulaciones electorales, a la confusión ideológica, a la desorientación de propios y extraños, que a construir una mayoría social para realizar una labor auténticamente socialista, sin tapujos ni componendas, ha estado más atenta a satisfacer apetitos personales, para sostener y defender las estructuras tradicionales, para ocupar alegremente una parcela de poder, para ser guardianes de intereses ajenos, incluso a destrozar esperanzas de millones de seres humanos que pensaron, que pensamos que el socialismo es el fin insoslayable de todo socialista sincero.
Pero no puedo negar, seria inaceptable, que buen numero de compañeros que constituyen y militan en esos partidos, son auténticos socialistas que desean llegar al socialismo, pero esos sinceros deseos están asfixiados por un mayor número de individuos que no desean la realización del socialismo y que han convertido a las organizaciones socialistas en maquinas burocráticas frías e insensibles, donde sus dirigentes han dejado de ser lideres humanos para convertirse en un engranaje más de la maquinaria.
La vigencia del socialismo no es la nostalgia, no es volver la vista ni la cabeza hacia atrás, todo lo contrario, la vigencia está en mirar hacia adelante, no pensar en lo que pudo ser, sino en lo que ha y tiene que ser.

Andrés Cuevas González.
Presidente del PASOC
Militante de IULV-CA

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Somos socialistas, y estamos en Izquierda Unida

Somos socialistas. Defendemos los valores sobre los que se sustenta el socialismo democrático, la ideología por la que luchó toda su vida Pablo Iglesias (de cuyo mensaje somos herederos), la ideología por la que luchan hoy Oskar Lafontaine y Jean-Luc Mélenchon, entre muchos otros. Creemos que esta sociedad es injusta porque ha conducido a la formación de clases sociales de intereses opuestos e irreconciliables, obteniendo una de las clases su poder y su riqueza a través de la explotación de la otra. Creemos que el modelo económico sobre el que se sustenta esta dicotomía, no solo es injusto, sino que es ineficiente, pues la máxima neoliberal de que la economía no debe ser regulada, ni atender a más ley que el capricho de los llamados “mercados”, es decir, los especuladores financieros, ha llevado repetidas veces (y seguirá llevando) a profundas crisis económicas como la que estamos viviendo, pues es de cajón, y de razonamiento elemental, que si las cosas no se regulan, funcionarán caóticamente y terminarán en desastre. Esta norma que hemos aceptado en cualquier aspecto de la sociedad, es completamente rechazada para la economía, sin más argumentos que el de una supuesta eficiencia que la realidad demuestra que no existe. Defendemos, por tanto, un modelo económico alternativo, en el que el estado regule la economía para evitar desmanes, injusticias, y desastres, donde exista una fiscalidad progresiva, en la que pague más quien más tiene, destinada a garantizar los derechos materiales de todos los ciudadanos, lo que no incluye únicamente a esas supuestas líneas rojas (sanidad y educación) que los neoliberales traspasan con tanta facilidad, sino también el derecho más básico de todos: el derecho a la subsistencia. De poco le sirven la educación pública y la sanidad pública a quien no tiene para comer. Para garantizar estos dos aspectos es necesario un fuerte sector público, con lo que el camino a emprender sería el opuesto al que, durante 30 años, han tomado los gobiernos de PP y PSOE: En lugar de privatizar, colectivizar.

Ahora bien, poner la economía bajo supervisión del Estado, no garantiza que ésta vaya a empezar a funcionar según los intereses de la mayoría si el estado en cuestión no es profundamente democrático. Para esta labor, la democracia representativa, con todas sus virtudes, es claramente insuficiente. Este modelo fue, sin duda alguna, el mejor posible durante el siglo XX, pero no se corresponde al modelo de democracia 2.0 que demanda la sociedad, ni al nivel de participación ciudadana necesario para garantizar que el control estatal de la economía signifique, realmente, un control social de la economía, que es el verdadero objetivo del socialismo. El socialista francés Guy Mollet pronosticó la caída del comunismo soviético por su déficit democrático. Mollet, como socialista democrático, defendía la necesidad de una verdadera democracia que supusiese el control ciudadano del estado que controla la economía, pues este era el único garante de que la economía estuviese al servicio de la ciudadanía. Así pues, el socialismo debe venir de la mano de una revolución democrática, una revolución ciudadana, como dice Jean-Luc Mélenchon. Esto pasa por sustituir la democracia representativa por la democracia participativa, esto es, no basta con meter un voto en una urna y ceder nuestra soberanía a un diputado durante cuatro años. La verdadera democracia significa la implicación real de la ciudadanía en el funcionamiento del estado, a través de las Iniciativas Legislativas Populares (que deben ser pasadas a referéndum, en lugar de depender del congreso, pues si el pueblo las ha redactado es el pueblo quien las debe ratificar), la separación de poderes (en España el poder legislativo es el que elige tanto al ejecutivo como a las máximas instancias del judicial), la elección directa de los altos cargos del Estado (incluyendo la jefatura del Estado, actualmente hereditaria de padres a hijos como si fuese una propiedad), la existencia del referéndum revocatorio, que permitiría al pueblo quitar de su cargo a aquel representante de la ciudadanía que no sea valedor de su nombre o la separación Iglesia-Estado como elemento básico que garantiza la libertad de conciencia. Todas estas reformas democráticas se entroncan con la tradición filosófica ilustrada y republicana, cuyos referentes teóricos se remontan a Platón, pero su aplicación real y significativa no llegó hasta la Revolución Francesa.

Somos socialistas y estamos en Izquierda Unida. Somos socialistas y no estamos en el PSOE, el partido que fundó nuestro referente ideológico, Pablo Iglesias. No lo estamos porque el PSOE renunció hace tiempo a todo perfil mínimamente socialista, abrazando el neoliberalismo, como doctrina económica, y constituyéndose en uno de los dos pilares del actual régimen, un régimen al servicio de la corona, la iglesia, y la banca. Hay quien cree que el PSOE puede reformarse, hablan de primarias y de conferencias políticas como si de ahí pudiera salir algo nuevo. Pero es imposible revertir un proceso que lleva en marcha desde 1979, cuando Felipe González liquida toda la ideología del PSOE, y comienza las purgas de los socialistas que militan en el partido, para introducir en éste a viejos falangistas y exmilitantes de la UCD. No es posible devolver al PSOE a su origen porque ya no queda nada de éste. Somos socialistas y estamos en Izquierda Unida, porque IU sí representa a la izquierda, sí posee un modelo económico alternativo al neoliberalismo, así como un modelo político y social basado en los mismos principios de democracia y socialismo que nosotros defendemos. A pesar de lo cual, consideramos que Izquierda Unida es necesaria pero no suficiente para la construcción de un proyecto político alternativo que pueda disputarle su hegemonía al modelo neoliberal, corrupto y falto de democracia que actualmente viven España y Europa. Defendemos la construcción de un frente amplio de izquierdas que plante alternativa al régimen (lo que, por supuesto, excluye al PSOE, por ser de derechas y parte del régimen). Esto, a su vez, enraíza con los principios fundacionales de Izquierda Unida y con el proyecto de Refundación de la Izquierda.

¡Por el Socialismo y la Revolución Ciudadana!

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